CENTRO PSICOPEDAGÓGICO AZCONA
Servicios profesionales: psicológicos, educativos y psicoeducativos

LOS NIÑOS TIRANOS

LOS NIÑOS TIRANOS Y EL "SÍNDROME DEL EMPERADOR"

 

Hay un tipo de niños que se convierten en unos tiranos con sus familias. Son desobedientes, maleducados e incluso agresivos con sus padres. Da la impresión de que no tienen sentimiento de culpa, y aunque momentáneamente parecen arrepentidos pronto vuelven a las andadas. Son unos manipuladores natos. Se les conoce como 'niños tiranos' o niños con 'el Síndrome del Emperador'.


¿Cualquier niño es susceptible de ser un tirano o hay unas condiciones genéticas para ello?

 Los expertos no acaban de ponerse de acuerdo. Los hay que dan más peso a la cuestión genética, y los hay que otorgan más importancia a los factores ambientales o educativos. Yo me inclino por pensar que influye más la educación y el ambiente en el que vive el niño/a. Lo cierto es que un niño criado en unas condiciones de gran permisividad y sin límites claros tiene muchas papeletas de convertirse en un pequeño tirano. Imaginaos lo que puede pasar si se combinan los dos aspectos (p.ej. en niños donde hay una patología mental, o en niños que tienen un Déficit de Atención e Hiperactividad). Es una bomba de relojería.

¿Podemos hacer algo para ayudar a estos niños y a sus familias?

 

Siempre se puede hacer algo, pero es muy importante la detección precoz. Cuanto más pequeño sea el niño, más posibilidades hay de trabajar y conseguir un autocontrol de estas conductas. Pero la familia tiene que ser muy consciente que no es un trabajo sólo del niño. "Yo lo llevo a un especialista y que me lo arreglen"... ¡como si fuese un juguete estropeado! Es un trabajo conjunto y muy difícil tanto por parte del niño como de la familia, y normalmente tiene que realizarse con el asesoramiento de profesionales. Este último punto, a veces, es el más complicado. Encontrar un buen especialista que asesore bien a la familia y le sepa guiar en esta dura tarea de reencontrarse, de marcar y respetar límites, y de que cada uno sepa y tenga claro el lugar que ocupa. Hay recursos públicos para ayudar a estas familias, pero es cierto que no son suficientes, y muchas veces es necesario recurrir a tratamientos privados.

 

¿Cuáles son los indicadores para preocuparse o sospechar que tiene usted un 'hijo tirano'? Algunos de los comportamientos más habituales...

 

1.-Se muestra muy caprichoso y monta grandes 'pataletas' (puede llegar incluso a autolesionarse).

2.-Es un manipulador nato y siempre acaba consiguiendo lo que quiere.

3.-Tiene muy poca tolerancia a la frustración.

4.-No asume las consecuencias de sus actos. Todo lo malo que pasa es culpa de los demás. Por ejemplo, no pueden entender que uno les ha pisado sin querer; consideran que ha sido a propósito y por tanto hay que devolver el pisotón. Y si es él quien ha pisado a alguien, no es culpa suya, sino del otro por meter el pie debajo.

5.-Les cuesta muchísimo seguir las normas, parece que no van con ellos. De hecho, habitualmente no las cumplen.

6.-Se muestran agresivos con las personas que se interponen en su camino para conseguir lo que desean. Lo más habitual es que se muestren agresivos con sus padres, aunque a veces también con sus compañeros o profesores. Insultan, pegan puñetazos o patadas, escupen, rompen objetos...

7.-Les cuesta mucho integrarse en un grupo de iguales. Suelen tener amigos de conveniencia nada más.

8.-No muestran arrepentimiento o culpa. Es como si no aprendiesen de las consecuencias.

 

Si usted observa más de uno (dos o más) de estos rasgos en su hijo/a no dude en consultar con un especialista y pedir ayuda lo más pronto posible.

 

 

¿QUÉ PODEMOS HACER PARA PREVENIR EL SÍNDROME DEL EMPERADOR?


Debemos estar atentos a los síntomas precoces, educar desde pequeños, y si detectamos algún síntoma de los anteriores, establecer límites muy claros y no dejar nunca de ejercer la autoridad.
Dedicar más tiempo a su desarrollo moral y emocional.
Fomentar la empatía y la capacidad de realizar actos prosociales. Que se relacionen más con sus iguales y aprendan a frustarse. La práctica del deporte en equipo es muy útil para ello.
Hablar con ellos sobre las consecuencias de sus acciones en los demás. La comunicación una vez más se vuelve clave.  



 
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